Décimas del Reloj de la Agonía
José Gabriel
Aguilar y Narvarte *
Alce el reloj
su gatillo
y acábeme de
matar.
¿Para qué
quiero la vida
en un continuo
penar?
Empieza, triste
reloj,
a dar aumento a
mis penas;
pues paso la
una en cadenas
y entre
prisiones las dos.
La cuerda hiera
veloz
en el muelle
del martillo
y que al
susurro del grillo,
den las tres en
la campana,
y que a mi
suerte tirana
alce el reloj
su gatillo.
¡Funesto
repetidor!
No me admira tu
tardanza;
pues a las
cuatro se cansa
tu principiado
furor.
A las cinco con
rigor
me atormenta mi
pesar,
y a las seis en
suspirar
me llega mi
fatal suerte
diciendo: venga
la muerte
y acábeme de
matar.
A las siete ya
fallece
mi vida en un
calabozo,
y a las ocho
tenebroso
mi mal más
horrible crece;
porque a las
nueve parece
que ha de
llegar mi partida,
llorando la
despedida
como el cisne a
cada hora;
pues si no gozo
la aurora,
¿para qué
quiero la vida?
Al fin, reloj
desgraciado,
que das las
diez sin cautela,
ya a las once
estando en vela
habrás tus
pesas doblado,
y en mi cárcel
encerrado
tus cuartos me
han de aterrar.
A las doce has
de tocar
a exequias,
porque murió
aquel Gabriel
que vivió
en un continuo
penar.
*José Gabriel
Aguilar y Narvarte (* Huánuco, 18 de marzo de 1773 - † Cuzco, 5 de diciembre de 1805)
Décimas del
reloj de la agonía (1805). En ochenta y ocho versos octosílabos,
Aguilar describe el paso lento y angustioso del último día que le toca vivir a
un condenado a muerte.
No hay comentarios.: