El Mashcullo y el Síndrome de Procusto

El Mashcullo y el Síndrome de Procusto

Publicado en el Semanario Avance el 25-09-2017

En la mitología griega, Procusto (hijo de Poseidón), también llamado Damastes o Polipemón, tenía una casa en las colinas de Ática, donde ofrecía posada a los desventurados viajeros que pasaban por dicho lugar. Allí tenía una cama de hierro en donde invitaba a sus huéspedes a acostarse y cuando estos se quedaban dormidos, los amordazaba y ataba a las cuatro esquinas del lecho, comenzando así el martirio.

Si el desdichado viajero era alto y su cuerpo más largo que la cama, procedía a cortar y cercenar las partes del cuerpo que sobresalían. Si por el contrario, el viajero era pequeño y de menor longitud que la cama, lo descoyuntaba a martillazos, hasta estirarlos y hacer que pueda caber en la cama.  El detalle es que nunca nadie cabía en la cama, porque  al viajero alto le ofrecía una pequeña cama, y al viajero de menor estatura le ofrecía una cama grande.  

Procusto siguió sembrando el terror hasta que se encontró con Teseo (mítico rey de Atenas). Este último de manera muy astuta, le propuso a Procusto comprobar si su propio cuerpo podría encajar en el tamaño del catre. Cuando este se tumbó en la cama, Teseo lo amordazó y ató, y allí por fin de manera retributiva, le cortó a hachazos los pies y finalmente la cabeza, terminando así con las terribles acciones de Procusto.

Este mito, es conocido como el “síndrome de procusto” o llamado también “el lecho de procusto” y ha quedado en el pensamiento y en la literatura universal, como una expresión para denominar a aquellas personas que cortan la cabeza o los pies de los que sobresalen, o de quienes pretenden siempre adaptar la realidad, a su particular visión de las cosas y la estrechez de sus intereses, convirtiéndose en un símbolo de uniformidad y de intolerancia a la diferencia.

En el pensamiento popular huanuqueño, solemos denominar como maschullo* a quienes tienen las características de procusto y se comportan como tal, oponiéndose a emprendimientos, acallando voces de quienes piensan diferente y desterrando talentos, haciendo que de esa manera, esta ciudad, esté atrasada, viviendo del recuerdo, olvidado a su suerte y creciendo a la deriva. Que "bien" deben sentirse esas personas, de hacer que los habitantes de Huánuco se acuesten en el “Lecho de Procusto”.

Aquí no hemos sido capaces aún, de crear consensos, de tender puentes, de romper estereotipos, y de emprender esa labor de encontrar una cura a la enfermedad social del mashcullaje o el síndrome de procusto. Muchos, y principalmente los políticos se han aprovechado de esa pasividad y egoísmo que nos caracteriza, para hacer de las suyas y mantenernos en esta situación.

Huánuco es hoy, gracias a los mashcullos o procustos, “una ciudad que vive de sus sombras”, tal y como nos dice Ricardo Palma, ya que de ser una fabulosa ciudad colonial, pasó a ser una ciudad sin luces ni encanto. Añoramos tanto el pasado que nos olvidamos del presente, siempre hemos tratado de justificar nuestra inacción buscando chivos expiatorios y culpando a otros, jamás hemos asumido nuestros errores, y menos hemos buscado corregirlas. 

El desafortunado simbolismo de que los huanuqueños estamos de manos cruzadas y que reposamos siempre como el pillco mozo, debe ser remplazado con mucha acción y menos palabras. ¿Y por qué no comenzamos haciendo un pacto consensuado para construir una ciudad ordenada, menos caótica y más civilizada? Porque actualmente el caos es dueño de Huánuco.   

La responsabilidad de construir una sociedad, no sólo depende de las autoridades, sino también de sus ciudadanos. Pero jamás entenderemos esa premisa, mientras no cuestiones ni corrijamos esas actitudes y comportamientos propios de un mashcullo, ya que muchas veces por acción u omisión nos comportamos como tal.  

Imagen Síndrome de Procusto
* El Mashcullo (Ancystrosoma klugii Curtis) es un escarabajo que al caer al suelo, es torpe y le toma mucho tiempo para levantarse, y mantiene en la misma situación a los otros.

Artículo escrito por:

Pipiolo de Poeta y Blogger común y silvestre. Investigador y curioso en historia. Apasionado por el Derecho Constitucional. Partidario del federalismo. Autor del libro "Huellas de León". El amor es azul.💙 Yoel Ventura Rivera

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